jueves, 8 de abril de 2010

Al cine hay que ir bien peinado, sobre todo por detrás.

Ir al cine es una buena opción para matar el tiempo, bueno y últimamente para matar tus ingresos mensuales. El cine es para mí como un túnel del tiempo ya que cada vez que voy (de ciento en viento) nada ha cambiado, todo sigue igual, siguen los mismos tocapelotas que la última vez que fuiste

La aventura de ir al cine esta llena de situaciones de tensión como por ejemplo la que se da cuando te sientas en un sitio que no es el tuyo. Esta situación que se suele dar cuando el cine está vacío (que es cuando más jode). Después de acomodarte, tu corazón se pone a mil cuando empieza a ver subir gente por las escaleras y te preguntas constantemente ¿Esos serán los que tienen las entradas de estos asientos? Cuando vienen y te dicen perdona estás sentado en mí sitio, la mayoría de la gente responde haciéndose la tonta mirando profundamente a la entrada con la esperanza de cambiar los números con la mente, hasta que viene el acomodador a poner orden con esa arma mortífera: la linternita.

Siempre que no hay casi nadie en el cine pasa lo mismo: te toca esa persona detrás que da pataditas, vamos que sólo estáis él/ella y tu en cine pero da igual te toca detrás. El susodicho te da pequeños golpes en el respaldo del asiento con una frecuencia de 3 segundos entre golpe y golpe, que a ti te dan ganas de cortarle las piernas con una sierra radial, pero como eres más educado que él te contienes, tus nervios tienen más tensión que la cuerda del tanga de Aramis Fuster, pero te contienes.
También suele ocurrir que se te siente la persona más alta de la ciudad justo en el asiento que hay delante. Eso no tiene ninguna solución a menos que te hayas traído una tijeras de podar arbustos en el bolso.
Otra de las cosas que más molestan en el cine es que se te siente al lado el tío que se ha comprado uno de esos cubos de palomitas que tienen un tamaño parecido al de una papelera, que come y come palomitas y nunca se acaban, que sale del cine y se las lleva porque aún tiene, que yo creo que está desayunando, comiendo, merendando y cenando palomitas tres días porque aún le sobran.
También en los cines nos podemos encontrar con esa persona que tiene la vejiga floja o no se que coño le sucede, que se pasa toda la película subiendo y bajando por las escaleras ,que vamos parece que tiene 8 nominaciones a los Oscars y les gana todos.

En fin la gente es como es hay que quererla así… pero si puedes encerrarte en el cine disfrutarás más de la película. Por cierto como decía Ramón Gómez de la Serna “Al cine hay que ir bien peinado, sobre todo por detrás” así que ya sabéis.

Esto no viene a cuento pero yo lo pongo a ver si alguien me puede resolver esta duda que tengo hace años. La última vez que fui al cine me llamo una cosa la atención y fue que la señora que vendía las entradas llevaba unos guantes blancos, así a lo Mickey Mouse, y aquí mi pregunta ¿por qué coño Mickey Mouse va semidesnudo y lleva guantes? ¿Es un ladón de guante blanco? Vaya mierda de chiste...

Os dejo con Everybody is talking de Harry Nilsson (seguro que harry estaba en el cine y no se callaban)

4 comentarios:

Inés dijo...

jaja laura lo d las patadas pasa siempre y si se te pone alguien alto delante siempre puedes sentarte en 3 de esos k ponias encima del asiento cuando eras pekeña jaja

Anónimo dijo...

laura! lo mejor lodel tanga de aramis fuster!! jaajjaja

Anónimo dijo...

la que te vendia las entradas llevaba guantes?eso es porque si reclamas no deja las guellas.o alomejor tiene 2 trabajos uno en el cine y otro en la tienda de sunplanet de gafas de sol y se le olvido quitarselos jajaja bsss.julia

Cristina Asturias dijo...

Corchitoooooooooooooooo vaya bien pensao lo de mickey mouse...ahora voy a estar rayandome la cabeza con eso..jejejeje
un abrazo desde asturias de tu guajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!